Casarse en Puebla es garantía de tener lo mejor de dos mundos: la sofisticación de la ciudad y paisajes naturales que roban el aliento. La boda de Ana y Manolo fue el ejemplo perfecto de este equilibrio, una celebración que comenzó con glamour y terminó con una de las fiestas más explosivas que he documentado.
Como fotógrafo de bodas en Puebla, sé que la narrativa empieza mucho antes de la ceremonia. Iniciamos el día en el exclusivo Hotel Presidente Intercontinental Puebla, donde capturamos la emoción de los preparativos. La elegancia de Ana y el estilo impecable de Manolo marcaron la pauta para un día lleno de clase.
El Sello de Martin Diaz Mi enfoque fue documentar la transición de emociones. De la solemnidad en una iglesia de arquitectura moderna y cálida, pasamos a una sesión de novios espectacular. Aprovechamos las vistas panorámicas hacia el lago, logrando retratos que reflejan la inmensidad de su compromiso bajo el cielo poblano.
Pero lo que realmente hizo única a esta boda fue el contraste con la recepción. La noche se encendió, literalmente, con un show de fuegos artificiales que iluminó el primer baile, creando una atmósfera mágica. Y cuando se abrió la pista, la elegancia dio paso a la euforia total: tragos, risas y amigos celebrando al máximo. Como fotógrafo, mi misión es estar ahí, en medio de la acción, para que cuando veas tus fotos, vuelvas a sentir esa misma adrenalina.
Si buscas un fotógrafo de bodas en Puebla que entienda que tu boda es tanto un evento elegante como la mejor fiesta de tu vida, Martin Diaz es la elección para capturarlo todo.