Si hay un lugar donde el amor se siente eterno, es en Atlixco, Puebla. Con el imponente volcán Popocatépetl como testigo y un atardecer de película, la boda de Andrea y Ricardo fue una celebración que combinó elegancia, tradición y una fiesta inolvidable.
Como fotógrafo de bodas en Atlixco, sé que este Pueblo Mágico ofrece escenarios únicos. Empezamos el día capturando la majestuosidad de la arquitectura barroca poblana durante la ceremonia religiosa. Los votos de Andrea y Ricardo resonaron entre los retablos dorados, creando una atmósfera de intimidad y solemnidad que me encargué de inmortalizar en cada disparo.
La Visión de Martin Diaz Mi trabajo como Martin Diaz es contar la historia completa. No solo se trata del «sí, acepto»; se trata de los contrastes. Pasamos de la emoción de las lágrimas en la iglesia a una recepción al aire libre espectacular. Aprovechamos la «hora dorada» con vistas a los volcanes para una sesión de novios romántica y natural, aprovechando la luz cálida que solo Atlixco nos regala.
Pero lo que realmente definió esta boda fue la energía. La pista de baile se llenó de vida (¡y de máscaras!), demostrando que una boda elegante también puede ser la fiesta más divertida de sus vidas. Mi objetivo fue capturar esa euforia genuina, congelando para siempre las risas y los bailes espontáneos.
Si sueñas con casarte en un lugar mágico y buscas un fotógrafo de bodas en Puebla o Atlixco que sepa capturar tanto la majestuosidad del paisaje como la locura de la fiesta, estoy listo para contar tu historia.
¡Gracias Andrea y Ricardo por confiar en mi visión!